
Destacan por su oscuro color, lo que les permite camuflarse muy bien en el fondo lacustre y no se ven con tanta facilidad a la luz del día.
Sus branquias externas tienen un tono más oscuro que el resto de su cuerpo y los encontramos totalmente negros con un tono muy oscuro a grisáceos oscuros con manchas negras a lo largo del cuerpo.
Este tipo de ajolote es el más común en estado salvaje, ya que es más difícil ser visto por sus depredadores naturales y por lo tanto más fácil que lleguen a reproducirse y mantener sus genes en nuevos ajolotes.
